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Fernando Amorebieta es 100% vasco o español y es 0% venezolano por mucho que haya nacido alla. Aparte de nacer en Venezuela, no tiene nada más de venezolano. Ni ninguno de sus padres o antepasados tenía ciudadanía venezolana, y ni vivió, ni crecio, ni se crío en Venezuela. Sus padres estuvieron poco tiempo en Venezuela y se volvieron rapidamente a España. Es más, Iñaki Williams es más vasco o español que Fernando Amorebieta venezolano. Amorebieta fué internacional con España en las categorías inferiores hasta que vió que no tenía ninguna posibilidad de ser internacional absoluto con España, y se apuntó a jugar como mercenario con Venezuela como hicieron también un par de gallegos, y algún italiano.
Amorebieta es un claro ejemplo de que la nacionalidad se debería conceder por ius sanguinis (por ancestros) y no por ius solis (por lugar de nacimiento).
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Ambas cosas.
Para mí los gitanos, por mucha cultura hispana y mucho castellano que hablen después de haber vivido siglos en España, me son completamente ajenos, igual que casi todos los inmigrantes latinoamericanos llegados a España.
También en México me sucedía lo mismo, tenía mucha más afinidad con criollos que con los indígenas de los puestos de comida. A todos los niveles: mentalidad, aspiraciones, comportamiento, gustos...
Y es que descubrí una cosa muy curiosa: la cultura al final se acaba derivando de la raza; no sucede al revés como los progres y los relativistas propugnan, sino que la cultura es la expresión genuina de la raza y las etnias que la aplican. Si cambias la composición genética de una zona, a la larga cambias su cultura. Obviamente puedes aculturizarlos superficialmente, pero yendo a la raíz del fondo, a la forma de pensar y comportarse, la cultura deriva de la genética.
Tú puedes evangelizar y enseñar castellano a indígenas o negros, pero ellos seguirán haciendo lo que han hecho siempre, sus impulsos más profundos y genuinos (en el caso de México el cristianismo católico acaba derivando en el rito a la Santa Muerte o a Juan Malverde, herencia directa de su genética amerindia; los negros acaban derivando en la superstición o en la santería cubana).
Esto es por poner un ejemplo. Pero en definitiva, México no es un país hispano, es a lo sumo un híbrido hispano-indigena, consecuencia directa de su composición genética.
Como por otra parte Brasil es un híbrido europeo-africano, o Argentina es un híbrido español-amerindio-italiano, en lo cultural.
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Pero al volver seguís siendo ciudadano, Tooting.
Y en el caso de que el país se vuelva en una Cuba o una Corea del Norte, son capaces de no volver a dejarte salir. Es una injusticia tremenda esa.
Yo hablo de casos extremos cómo esos, por supuesto, de otro modo no creo que haya motivo para querer uno rechazar a la propia Patria. Al menos no en mi opinión ni en mi sentir.
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