Castillos, Palacios y Catedrales de España / Castles, Palaces and Cathedrals of Spain

[Rocinante]

Catedral de Santa María de Tuy / Catedral de Santa María de Tui:

[Rocinante]

Basílica de Santa María la Real de Covadonga / Basílica de Santa María la Real de Cuadonga

[gixajo]

Monasterio del Poblet, Tarragona.

[gixajo]

Castillo de Bellver (Palma de Mallorca)

[gixajo]

Castillo de Butrón (Vizcaya)

pale betta

[gixajo]

Casa-torre de Mendoza (Álava)

[Rocinante]

Castillo de Butrón (Vizcaya)

pale betta

Este es uno de los mas bonitos del pais, sin duda alguna.

[gixajo]

Monasterio de Quejana (Álava)



upload photos free

[AlfonsoVIII]

Voy a postear un castillo de mi provincia, en concreto de la localidad de San Martín de Valdeiglesias, rodeado de misterio: el Castillo de la Coracera.


Erigido sobre los restos de un castillo anterior de la segunda mitad del siglo XII, fue mandado construir por el condestable de Castilla Álvaro de Luna, como palacio de caza y residencia temporal. Con su caída en desgracia, que se saldó con su ejecución en 1453, pasó a propiedad real. En él habitaba Isabel la Católica cuando fue nombrada heredera al trono castellano. En cuanto a su historia más reciente se sabe que mandos alemanes de la Legión Cóndor se alojaron en este castillo durante sus operaciones en la Guerra Civil; todo apunta a que fue en este mismo lugar donde se planificó el bombardeo de Guernica. Por lo demás no cuenta con grandes hechos históricos a sus espaldas. Ni grandes batallas ni heroicidades cidianas o quijotescas; es un simple palacio. ¿De dónde le viene entonces su característico halo de misterio? Pues sencillamente de uno de sus últimos propietarios y moradores, el empresario Juan Fernández Ganza.


Nacido en Santander en 1933, no se sabe apenas nada de la infancia de Juan Fernández Ganza hasta los 14 años, momento en que queda huérfano de ambos progenitores; este hecho le afectó profundamente. Tiempo después decide enrolarse nada menos que en la Legión Extranjera francesa. Una vez licenciado de dicho cuerpo, combatió en África como mercenario al servicio de los distintos bandos que se batían el cobre en aquella convulsa época en que el continente negro se desangraba en diferentes conflictos.

Posteriormente su historia se vuelve otra vez desconocida hasta la segunda mitad de los años 60, cuando se asienta en Gran Canaria; parece ser que en el tiempo anterior logró amasar una cierta fortuna. Allí compró dos solares de casi 800 metros cuadrados en Playa del Inglés, que posteriormente vendió como oportunidad inmobiliaria. De hecho el mercado inmobiliario destinado al turismo fue uno de sus principales negocios en la isla, dedicándose a vender bungalows a turistas alemanes y austriacos, con los que se entendía a la perfección, pues hablaba fluidamente alemán así como otros muchos idiomas; prácticamente Fernández Ganza fue un pionero en promover el turismo centroeuropeo en Gran Canaria.
Pero no sólo limitó sus negocios al mercado inmobiliario y al turismo; en Las Palmas era propietario de una barra americana, situada en la calle Secretario Artiles nº76: el Master Horse, nombre que no puede pasar por alto teniendo en cuenta que una de sus pasiones eran los caballos. Durante su estancia en la isla conoció a una joven filipina, Elsa Pahit Ballesca, que fue su pareja por unos años. En este tiempo maneja una buena fortuna y comienza a dar rienda suelta a sus excentricidades, planeando la construcción de un castillo en la isla, proyecto que no llegó a materializarse, por lo que decidió adquirir su propio castillo, para lo cual recala en la Península y adquiere en 1972 el castillo de la Coracera, en San Martín de Valdeiglesias.

Juan Fernández Ganza -a la derecha, con bigote- en compañía de unos amigos.

Ya asentada la pareja en el castillo, concibieron a un niño al que pusieron el nombre de Juanito. Sin embargo, allí también Ganza desató por completo su excéntrico carácter y sus ínfulas de noble sin título: comenzó a beber más de la cuenta, a acostarse con cuantas mujeres podía y a involucrarse más y más en el mundo del ocultismo y del esoterismo, al mismo tiempo que trataba con crueldad y desprecio a su mujer y a su hijo. Ella regresó a Las Palmas tras cuatro años de convivencia inaguantable con él, en los que los Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid les arrebataron al niño debido a los maltratos de Ganza. A pesar de lo cual Elsa Pahit siempre lo amó, declarando que fue "el único español y primer hombre en mi vida del cual me he enamorado". De hecho cuando salió de la Península estaba embarazada nuevamente de Ganza.

Solo en el castillo, Ganza se rodeó de caballos, su gran pasión, y solía montar a cualquier hora del día, bajando al pueblo montado en alguno de ellos, entre los que destacaba su favorito, al que bautizó con el nombre de su bebida predilecta: Coñac. Pero tuvo también en el castillo otros animales más exóticos, en concreto dos leones y un tigre. Excéntrico, excesivo, caprichoso, aficionado al alcohol y mujeres, no dudó en aprovecharse de ellas engatusándolas, con episodios de maltrato incluidos, haciendo gala de su particular derecho de pernada como si fuese realmente un señor feudal de plena Edad Media. Algunas de esas mujeres eran expulsadas desnudas del castillo por el propio Ganza, e incluso a varias de ellas les llegó a amenazar con echarlas de comer a los leones. En el pueblo los vecinos recuerdan sus constantes borracheras, y en la casa cuartel de la Guardia Civil había innumerables denuncias contra su persona por alteración del orden público y agresiones. Acostumbraba a pasear por las empinadas calles de San Martín a lomo de su caballo Coñac, perfectamente uniformado con botas de montar, gorra y la fusta.

Fernández Ganza posa con uno de sus "animalitos".

Dotado de un carácter prácticamente bipolar, con episodios de exquisita cordialidad y otros de comportamiento imprevisible, Juan Fernández Ganza dio rienda suelta en el Castillo de la Coracera a unas de sus aficiones más destacadas, el ocultismo y espiritismo. Realizaba fiestas suntuosas en las que el alcohol e interminables sesiones de sexo eran algo totalmente frecuente. En otras de las reuniones que organizaba, participaba junto a sus invitados de sesiones de ouija e invocación de espíritus. Él mismo creía ser la reencarnación de Carlos II “El Hechizado”, personaje por el cual sentía una extraordinaria admiración y del cual poseía un retrato que presidía uno de los salones del castillo. Vivió convencido de que en la Coracera había misterios de otras épocas que influían en su vida y en sus actos. Por si fuera poco, se declaraba abiertamente admirador de Adolf Hitler y seguidor de la doctrina nacionalsocialista. Tenía en su poder varios objetos relacionados directamente con el III Reich, destacando entre ellos una daga de oficial de las SS, que según cuentan usaba en sus ceremonias ocultistas.

Alto, corpulento, con una mirada inquietante, su presencia imponía respeto. Los vecinos del pueblo comparan al señor del castillo, como era conocido, con Bertrand, protagonista de "El amante del amor", la película de Truffaut. "Tenía un don para las mujeres", explicaba el entonces sargento de la Guardia Civil. "Creemos que se casó cuatro veces, pero sus amantes se cuentan por docenas". En San Martín de Valdeiglesias la gente consideraba a Ganza "un personaje", y cuenta fantásticas historias sobre las orgías que se producían en el interior del castillo y las aficiones del señor por el ocultismo y las sesiones de invocación de espíritus que se celebraban en la sala de armas. Quienes le conocieron de cerca confirman esas historias e incluso alguna más macabra. Nadie sabe con seguridad qué edad tenía y cuáles eran sus negocios.

Juan Fernández Ganza fue encontrado sin vida en los aposentos del castillo en octubre de 1985. Postrado en una cama que, al parecer y según contaba, había sido propiedad de Juana I de Castilla, Juana la loca, con un orificio de bala en la cabeza (aunque algunas fuentes añaden misterio a este hecho asegurando que eran dos los orificios de bala que Ganza tenía en el cráneo) y un revólver en la mano. Se dictaminó el fallecimiento por suicidio, si bien la vida del personaje fue abrupta, compleja y violenta, y quienes conocían de sus andanzas, amigos, colaboradores e investigadores de lo oculto, no comparten las tesis de la policía y de una investigación que nunca lo fue. El hecho de que el señor del castillo de La Coracera decidiera, por voluntad propia, acabar con su surrealista reinado parece extraño, más todavía cuando estamos hablando de un personaje que realmente tenía un afán de exprimir la vida al máximo. Su muerte, al igual que su vida, fue un completo misterio. Así finalizó la historia del Gilles de Rais español, como algunos le apodaron.

Para añadir más misterio a este castillo, decir que fue uno de los escenarios más recurridos del fantaterror español, rodándose aquí varias películas del género, como la famosa La Marca del Hombre Lobo (1968). Su protagonista, Paul Naschy, actor emblema del género, así como otros miembros del equipo, aseguraron vivir ciertos fenómenos paranormales o extraños en el interior del Castillo de la Coracera, como apertura y cierre de puertas sin explicación, un gato vivo al que alguien o “algo” había encerrado en un armario y otros hechos más subjetivos como nerviosismo e intranquilidad general. Cabe destacar en este sentido que el Castillo de San Martín de Valdeiglesias tiene una larga tradición de apariciones espectrales y una extraña maldición que afecta a sus dueños o a quienes se enfrentan a ellos.

[gixajo]

Este es uno de los mas bonitos del pais, sin duda alguna.

Se construyó sobre una casa torre más antigua, esa construcción es moderna , neogótico de finales del XIX.