Fuente: Diario de León.es | Ana Gaitero | 12 de octubre de 2014

El mesolítico de León ya tiene hermanos. El genoma de un hombre de 7.500 años en Suecia y otro de edad similar en Luxemburgo presentan el mismo fenotipo, ojos azules y piel oscura, que el hombre de La Braña-Arintero, de unos 8.000 años, del que se obtuvo el primer y más completo genoma del europeo moderno.
Motala 12 y Loschbour son los primeros hermanos de Braña 1, bautizado Wenceslao por sus descubridores, si bien podría haber aún más parientes ya que en el yacimiento mesolítico sueco se encontraron varios individuos adultos y un niño. Un estudio del Harvard Medical School publicado por la revista Nature concluye que la población europea actual proviene de tres grandes núcleos ancest....

El grupo liderado por el profesor David Reich (izquierda) ha analizado los genomas obtenidos de siete cazadores-recolectores de Escandinavia encontrados en una excavación en Motala (Suecia), un cazador que fue descubierto en una cueva de Loschbour (Luxemburgo) en 1935 y una agricultora de Stuttgart (Alemania) que pertenece a las primeras generaciones de agricultores del Neolítico en el continente europeo.
Tanto las secuencias de ADN de Loschbour como las de Stuttgart dan fenotipo de pelo oscuro y Loschbour, al igual que La Braña 1 y Motala 12, tienen ojos azules o claros, mientras que el de Stuttgart tiene ojos oscuros. «Ni Loschbour ni La Braña llevan el alelo de piel clara que está presente en Stuttgart y casi fijo en los europeos de hoy, pero Motala 12 tiene al menos una copia del alelo derivado, mostrando que este alelo está presente en Europa antes de la llegada de la agricultura», dice el estudio.
El estudio genético de estos individuos ancestrales, a los que se sumó la información ya existente sobre el genoma secuenciado del hombre de La Braña-Arintero, y de un euroasiático de Siberia fueron cotejados con los de 2.345 personas de 203 poblaciones actuales.
Los cazadores llegaron a Europa hace unos 40.000 años, mucho antes del advenimiento de la agricultura. Durante las glaciaciones se refugiaron en el sur y se expandieron en el Mesolítico, cuando el hielo se retrajo de la zona central y norte de Europa.
Lo curioso es que su perfil genético, morenos de ojos azules, no se corresponde con ninguno de los grupos de población modernos, lo que sugiere que fueron asimilados por el avance de la ola de agricultores del Neolítico. Sin embargo, sus genes perviven en los europeos modernos, en mayor medida en los del noreste que en los del sur.


Un primer grupo de ancestros de los europeos actuales serían los cazadores recolectores de la zona de Eurasia, estudiados en un hombre de Siberia del Paleolítico Superior, un segundo grupo serían los tres mesolíticos ‘hermanos’ (Braña 1, Motala 12 y Loschbour), de ojos claros, y el tercero los primeros agricultores del Neolítico, cuyos rasgos se han encontrado en el genoma de una mujer de Stuttgart de unos 7.000 años de edad, de ojos oscuros y piel clara.


«Los datos genómicos de las poblaciones europeas actuales presentan proporciones diferentes de estas tres poblaciones ancestrales», explica Carles Lalueza-Fox (derecha), investigador del Instituto de Biología Evolutiva del CSIC-Universidad Pompeu Fabra. Está al frente del equipo que publicó el genoma de La Braña 1 a primeros de 2014 convirtiéndolo en el referente europeo del mesolítico.
La nueva investigación poblacional explica cómo los europeos han llegado a tener el aspecto actual. Los cazadores de tez morena y ojos azules se mezclaron con los agricultores de piel pálida que entraron en Europa desde el Próximo Oriente —moderna Siria, Irak e Israel—donde surgieron las prácticas agrícolas hace 7.500 años.
Múltiples investigaciones sugieren que el nuevo modo de vida se extendió con una ola de emigrantes que se mezclaron con la población indígena de cazadores recolectores que se encontraron por el camino.
Asimismo, una «misteriosa población» con rasgos afines al hombre siberiano (Mal'ta 1) también contribuyeron al paisaje genético actual del continente.
El fenotipo de ojos oscuros de los primeros agricultores se localiza más en el sur de Europa. En cambio, los ojos claros de los cazadores recolectores del mesolítico, tanto de Suecia como de La Braña y Luxemburgo, está más presente en Escandinavia en la actualidad. El componente ancestral del genoma secuenciado del hombre de Siberia (Mal'ta) es el más difuso y tiene valores más residuales. Se cree que entró en tiempos bastante recientes procedente de Asia Central.


«La hipótesis más plausible es que en el Neolítico hubiera una gran sustitución poblacional en el sur de Europa» dice Lalueza-Fox. Los científicos creen que los agricultores llegaron al norte más tarde y en un número más reducido, por lo que se asimilaron con las poblaciones mesolíticas. «Podría ser por eso que los dos individuos que hemos analizado sean más cercanos a los poblaciones actuales del norte del continente que del sur», continúa el biólogo.
La singularidad del nuevo estudio es que confirma que los europeos de hace siete mil o diez mil años tenían los ojos claros y la pigmentación de la piel oscura. Para Lalueza «no es tan raro» que se encuentren individuos semejantes en territorios tan distantes como Suecia, Luxemburgo y el norte de España. «Eran grupos móviles y su concepto del mundo era muy diferente del actual», matiza.


o sorprendente es que se hayan encontrado dos individuos tan bien conservados como Braña 1 (izquierda) y su compañero de cueva, Braña 2, al sur de Europa, opina el científico. «De momento, es más fácil obtener genomas en el norte de Europa por el clima», subraya.
«La adopción de la agricultura, la cría de ganado y la vida sedentaria de las sociedades del Neolítico dieron como resultado cambios adaptativos en los genes asociados con la inmunidad y la dieta», señala el estudio "Derived immune and ancestral pigmentation alleles in a 7,000-year-old Mesolithic European" publicado por Nature en el mes de marzo.

Sin embargo , los limitados datos disponibles de anteriores cazadores-recolectores dificultan la comprensión de los procesos selectivos asociados con esta transición crucial para la agricultura en la evolución humana reciente, añadía el equipo de Lalueza-Fox.

Esta investigación partió del hallazgo casual, en octubre de 2006, de dos esqueletos de individuos varones mesolíticos en una cueva del macizo del pico de Las Vallinas. La cueva está en suelo de la localidad de Arintero, en el límite con el pueblo cercano de La Braña, ambos pertenecientes al municipio de Valdelugueros.
En 2010 la Consejería de Cultura de la Junta publicó el estudio coordinado por Julio Vidal y Encina Prada con todos los datos del hallazgo y las investigaciones arqueológicas, antropológicos y de rituales funerarios. Se supo entonces que eran dos varones de unos 40 años de unos 8.000 años de antigüedad, que medían 1.66 y 1.63 centímetros respectivamente. No presentaban caries en los molares y sí las características propias de usar la dentadura como tercer brazo para preparar pieles, tensar los arcos y trenzar cuerdas y fibras. Braña 1 tenía signos de haber sufrido un politraumatismo y en Braña 2 se encontraron indicios de artrosis. Pero se desconoce la causa de su muerte.