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LA GRAN CUENCA Y OTROS HEARTLANDS NORTEAMERICANOS
El control de los mares significa seguridad. El control de los mares significa paz. El control de los mares puede significar victoria. Estados Unidos debe controlar el mar si pretende proteger nuestra seguridad.
(John F. Kennedy).
Para abrir este apartado, veamos primero el mapa que pone a nuestra disposición Blogger (que depende de Google) para comprobar las estadísticas de este blog.
En el mapa se representa claramente a la frontera de Canadá envolviendo por mar sus numerosas islas. El mensaje es claro: este espacio marítimo es impenetrable, aquí sólo hay "libertad de navegación" para el atlantismo. La advertencia va dirigida sobre todo a Rusia, que es la potencia destinada a dominar el Ártico y que, de infiltrarse a través de la Bahía de Hudson o el río San Lorenzo, podría acabar a un tiro de piedra de la región de los Grandes Lagos.
El geógrafo suizo Arnold H. Guyot analizó las posibilidades de EEUU en 1849, mucho antes de la Guerra de Secesión y de la industrialización generalizada del país, y concluyó que era, junto con Europa y Asia, uno de los "corazones continentales" destinados a gobernar el mundo. Aunque Mackinder menciona la existencia de algo parecido a un heartland africano, resulta raro que omitiese la existencia de un claro heartland en el continente norteamericano, que contiene ciudades como Chicago, Detroit, Toronto, Milwaukee, Cleveland, Winnipeg, Edmonton o Calgary. Y es que, a diferencia del Caspio o del Mar Negro —a los que EEUU tiene acceso a través de aliados regionales—, tanto la Bahía de Hudson como los Grandes Lagos norteamericanos están única y exclusivamente bajo el control de una misma superpotencia: el atlantismo anglosajón. Por tanto, ahora mismo, estos espacios marítimos pueden ser considerados lagos cerrados con mucha más razón que el Caspio, el Mar Negro o el Golfo Pérsico, y por ende sus cuencas deberían ser consideradas como dominios vedados. Si a las cuencas fluviales que van a dar a estos cuerpos acuáticos añadimos la cuenca norteamericana del Ártico, en buena parte congelada durante los inviernos, generaríamos un nuevo heartland, más pequeño, menos telúrico y menos poblado que el eurasiático, pero aun así digno de ser llamado heartland. La mayor parte del territorio de este heartland se encuentra en Canadá, pero la mayor parte de su población y ciudades más grandes son de Estados Unidos.
La unión de las cuencas norteamericanas del Ártico, la Bahía de Hudson y los Grandes Lagos genera un vasto heartland en el continente norteamericano.
Sin embargo, existe en Estados Unidos y parte de México otra área pivote acaso más interesante: la llamada Great Basin o Gran Cuenca, un conjunto de cuencas endorreicas contiguas en el oeste del país, entre la Costa Oeste de Estados Unidos y las Montañas Rocosas, y que abarca la mayor parte del estado de Nevada, la mitad oeste de Utah, la franja este de California (incluyendo Death Valley), y pequeñas secciones de Oregón, Idaho, Wyoming y Baja California (México). Se trata de territorios que pertenecieron al Imperio Español hasta que pasaron al dominio de México en 1821 y luego en 1848 al de Estados Unidos. La mayor parte de la superficie de esta peculiar cuenca está ocupada por un desierto, el Great Basin Desert.
La Gran Cuenca tiene una superficie de 475.000 km cuadrados —casi tanto como España— y una población de poco más de 3 millones de almas. En muchos sentidos es un agujero negro geográfico que tiende a separar la cuenca pacífica de la cuenca del Golfo de México y la costa Oeste de Estados Unidos del resto del país, haciéndola especialmente sensible a la influencia de Estasia. Si existe algún tipo de cuña natural que separa la vocación atlántica de EEUU de su vocación pacífica, es sin duda la Gran Cuenca junto con las Montañas Rocosas, que podrían ser agregadas al heartland norteamericano por su naturaleza inaccesible. Esta cuña era antaño superada por la Old Spanish Trail o viejo sendero español, una ruta que, en época del Imperio Español, unía Los Ángeles (California) con Santa Fe (Nuevo México), pasando por la Gran Cuenca.
Si a la Gran Cuenca norteamericana le unimos los espacios del Medio Oeste que, aunque pertenecientes a la cuenca del Golfo de México, son de naturaleza más bien inaccesible y continental por su elevación y abundancia de cadenas montañosas, obtendríamos algo parecido a lo que se representa en el mapa. La región nos puede hacer pensar en el extraño aeropuerto de Denver o en el Space Command (Mando Espacial) de la USAF en Colorado Springs. Parece que las instalaciones secretas, turbias o de alta seguridad de EEUU tienden a gravitar hacia este heartland, que tiende a coincidir con el llamado Corredor Mormón.
Esta zona menor puede parecer pintoresca, desierta, estéril y carente de toda importancia, una mera curiosidad geográfica, pero verla bajo la lupa hará que desterremos esa idea. En la Gran Cuenca se encuentran ubicadas curiosidades como Salt Lake City (la capital mormona de Utah), Las Vegas (a caballo entre la Gran Cuenca y la Cuenca del Golfo de México), Reno (otra ciudad-casino), las instalaciones de Inteligencia global de la NSA (Agencia Nacional de Seguridad) en Bluffdale [7] y la base de la USAF conocida como Area 51. También ha sido escenario de la mayor parte de detonaciones nucleares llevadas al cabo por Washington, 100 de ellas atmosféricas y 926 subterráneas (incluyendo 24 británicas), así como de pruebas misilísticas de todo tipo y de diversos experimentos militares, especialmente aeronáuticos, de alto secreto.
La sobriedad de la capital mormona Salt Lake City (arriba) contrasta con la depravación de Las Vegas (abajo), pero ambas se encuentran situadas en la Gran Cuenca y ambas son peculiares enclaves estratégicos situados intencionadamente lejos de las principales regiones económicas de Estados Unidos.
Arriba, el Utah Data Center, un faraónico complejo tecnológico de la NSA situado en Bluffdale (Utah), cinco veces más grande que el Capitolio de Washington, diseñado para espiar las telecomunicaciones del mundo entero y monitorizar el tráfico global de Internet. Abajo, Salt Lake Temple, la principal iglesia de los mormones, con un altura comparable a Notre Dame de París. El estado de Utah tiene un 65% de mormones y gracias a ellos goza de un manpower de excelente calidad [8].
Más al sureste hay otra cuenca endorreica aun más pequeña y aislada, la de Turalosa y el acuífero de Hueco Bolsón, a caballo entre Nuevo México, Tejas y México. En este pequeño espacio se encuentra situado Alamo Gordo, la remota localidad donde Estados Unidos detonó su primera bomba atómica allá por 1945.
White Sands National Monument, Nuevo México, es un bello desierto de arenas blancas, habitado por los indios apache hasta la conquista española en 1534, tres siglos antes de la llegada de los vaqueros anglos desde el Este. Vale recordar que el nombre de Nevada se debe a los españoles, maravillados por los blancos desiertos de sal de la Gran Cuenca. La peculiar formación geográfica de la imagen pertenece a la cuenca endorreica de Turalosa. Fue en un desierto de arenas blancas como éste que la Fuerza Aérea de los Estados Unidos detonó "Trinity", su primera arma atómica.
Existen otras importantes cuencas endorreicas norteamericanas, como la cuenca de Guzmán —que forma una mancha a caballo de México, Nuevo México y Arizona— y el Bolsón de Mapimí, al norte de México. Ambos espacios están siendo progresivamente tomados por los cárteles, milicias de narcotraficantes a menudo ex-militares y con fuertes lazos con agencias estatales de EEUU como la DEA, la ATF, el FBI y la CIA.
Cuencas endorreicas del subcontinente norteamericano.
EEUU llega hasta nuestros días como un país casi imposible de invadir, por un lado porque está protegido por dos océanos y por otro lado porque, aunque las élites económicas y políticas de EEUU intentan luchar contra ello [9], las armas de fuego son populares en EEUU.
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